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Los años sesenta del siglo XX en Colombia no es un periodo que se caracterice por la paz y la igualdad, al contrario de esto es un periodo convulsionado por la coyuntura internacional y el desarrollo económico y político a nivel nacional.


En un primer momento se puede decir que el desarrollo agrario en Colombia desde mediados de los años 30 del siglo XX venía con una acelerada consigna de modernizar el campo colombiano y adecuarlo a las nuevas condiciones económicas agroindustriales de carácter capitalista, esto empezó a generar un desplazamiento de campesinos despojados de tierras hacia las grandes urbes y la generación de un campesinado parcelario libre, como también la distribución de la tierra en el campo en pocas manos que en muchas ocasiones no explotaban la tierra de manera adecuada para satisfacer la demanda.

Un antecedente importante es la Ley 200 de 1936 la cual obligaba a que los poseedores de la tierra la explotaran de manera obligatoria, esto generó un ímpetu por legalizar las tierras e intensificó de manera exponencial la propiedad privada. Estos intentos por que la tierra tuviera un carácter más incluyente se ven truncados con la Ley 100 de 1944 la cual fomentaba las relaciones atrasadas de aparcería e incrementaba los plazos de extinción de dominio de 10 a 15 años.

Con la intensificación de la violencia y los conflictos por la tierra Colombia entra en la década del 60 acompañado de una fuerte polarización nacional y el surgimiento de grupos guerrilleros de izquierda, el campo colombiano es de nuevo fuente de interés de las élites que buscan modernizar este sector, socavar con la protesta y movilización campesina y pacificar el país.
La coyuntura internacional esta marcada por la toma del poder de Fidel Castro en Cuba en 1959, y el creciente poder soviético en la región, con esto los Estados Unidos planean la Alianza para el Progreso que queda sellada en Punta del Este, Uruguay en 1961 de tinte notoriamente anticomunista. Entre las consideraciones de este tratado está que los países deben impulsar políticas agrarias reformistas para así evitar que la convulsión social llevara a una revolución de carácter socialista.

Una de las primeras medidas de esta alianza es la Ley 135 de 1961 que tiene una intención de ser una reforma agraria redistributiva que reoriente la organización de la tierra para darle mas acceso a esta a los campesinos del país. Con esta ley se crea el INCORA (Instituto Colombiano de Reforma Agraria) que seria el encargado de adelantar el proceso de Reforma Agraria en territorios altamente afectados por la violencia pero con poca intromisión en áreas latifundistas. Asimismo se establecen tres lineamientos básicos que guiaran el proceso de reforma agraria, en primer lugar, dotar a los campesinos de tierra, incorporar esas tierras a la gran producción y finalmente dotar de servicios sociales básicos a los campesinos.


Desde 1961 se comienza a adelantar la reforma agraria en Colombia y es en 1966 cuando Carlos Lleras Restrepo asume la presidencia con el propósito de acelerar el proceso de reforma agraria que tenía mas trabas que apoyo político pues los terratenientes ejercían un poder enorme el cual debilitaba la injerencia del INCORA, lo que se ve reflejado en un decreto de 1963 el cual quitaba facultades al INCORA de ejercer su tarea. También se crean con esta Ley varios organismos destinados a fortalecer el proceso y el acompañamiento a los campesinos. El Consejo Nacional Agrario, el Fondo Nacional Agrario y los Procuradores Agrarios, entre otros.

Lleras tenía una actitud reformista e intervencionista  y veía como una necesidad imperiosa que el campesinado colombiano se organizara y así poder ejercer presión para acelerar la reforma agraria, aunque también como medio para conseguir peso político de su partido: el Liberal.
En abril del 66 se creo un comité que tenía como tarea organizar la campaña de organización campesina lo cual quedo materializado en el decreto 755 de mayo de 1967.
La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos nace en 1968 en medio de esta coyuntura por iniciativa gubernamental. Y hasta 1971 consiguió aglutinar a más de 968.490 campesinos en 496 diferentes asociaciones municipales.
En cuanto a su estructura, esta se caracterizaba por ser rígida y jerárquica:
  • Asamblea Local: Era la mas baja en la estructura, era de carácter local o  municipal y de allí salían elegidas 5 personas para su junta directiva.
  • Asamblea Departamental: Eran 28 asambleas las cuales estaban formadas por un  miembro de cada asamblea local y de allí se elegían 5 miembros para la junta  directiva.
 • Asamblea Nacional: Compuesta por 140 delegados de las asambleas departamentales. De esta se nombraban los 5 directivos nacionales.

Una vez conformada la ANUC de carácter gubernamental se empezó a gestionar su adhesión a la política agraria del gobierno. Pero la Ley 1ra de 1968 agravó la situación puesto que esta ley hacia énfasis en los créditos, la capitalización y modernización del sector agropecuario, lo cual rompía con la política de redistribución de tierras lo que era hasta ese momento la prioridad en cuanto a la ley se refiere. Esta Ley sujetaba la tierra laborada en forma de aparcería a la expropiación estatal lo cual dio lugar una ola de expulsiones de campesinos en todo el territorio nacional, esto generó gran indignación entre el campesinado y la ANUC.
Hacia 1970 la ANUC llevo a cabo su 1er congreso nacional del cual salió la “declaración de principios” la que pese a los inconvenientes y los atrasos en la distribución de las tierras tenía una línea gubernamental y el apoyo del gobierno de Lleras, quien veía la organización como fundamental para impedir la radicalización de la lucha campesina. Durante los cuatro años de la presidencia de Lleras, los campesinos habían demostrado un grado relativamente alto de confianza en la voluntad del gobierno de aplicar la reforma agraria.

 

Pese a todo el apoyo del gobierno, los resultados en materia de redistribución de tierras eran paupérrimos ni siquiera durante el gobierno de Lleras, el más favorable a la reforma agraria redistributiva, se habían podido nivelar en algo significativo los índices extremadamente altos de concentración de la tierra. La reforma agraria de carácter redistributiva parecía cada vez mas un objetivo ajeno al gobierno, y las trabas a los procesos desarrollados por la Ley 135 de 1961 y el INCORA eran mayores. Esto se agudizo con la llegada al poder de Misael Pastrana, del partido Conservador el 7 de agosto de 1970 el cual abandono toda ansia de generar una redistribución de tierras y se encamino a acelerar el desarrollo capitalista en el campo colombiano. Lo cual genero aun más expulsión de campesinos de sus tierras. Y hacia finales de 1970 la ANUC endureció su posición y empezó una campaña de invasiones y manifestaciones en todo el país.

Esto marca un rompimiento con el gobierno que se consolida con la “Plataforma Ideológica” de la ANUC del 5 de junio de 1971 y con el Primer Mandato Campesino que se reunió el 22 de agosto de ese mismo año y creó los CERA (Comité Ejecutivo de Reforma agraria) el cual tenía la tarea de hacer expropiaciones de tierra sin la autorización del gobierno. Para hacerse una idea del tamaño de la campaña, hacia 1971 más de 15.000 familias invaden más de 350 fincas en 13 departamentos.
Este rompimiento se manifestó en el cese de financiación hacia la ANUC el cual dejo de recibir dinero gubernamental y sus oficinas en el ministerio fueron cerradas.


Frente a esta radicalización de la ANUC, la cual el gobierno consideraba que había sido tomada por “elementos comunistas” se crea una ANUC alterna que recibe el nombre de ANUC-Línea Armenia de carácter gubernamental y se oficializa en la ciudad de Armenia y de allí su nombre, y por otro lado la Línea-Sincelejo queda como el ala radical de la ANUC separada del gobierno y que recibe su nombre por la ciudad de Sincelejo donde se realizó su segundo congreso nacional del 20 al 24 de julio de 1972.


En este punto, entre 1971 y 1972 la ANUC Línea Sincelejo realiza más de 2000 invasiones de predios lo cual incrementa la radicalización de la ANUC frente a la política del gobierno.


El Acuerdo de Chicoral que fue un pacto entre los partidos políticos tradicionales y las leyes 4ta y 5ta de 1973 demuestran una vez más que la intención de la nueva política del gobierno es no redistribuir la tierra sino convertir a los terratenientes en empresarios agrícolas de carácter capitalista. Esta intransigencia del gobierno pastrana llevó rápidamente a la radicalización de la ANUC.

Es así como la ANUC nace desde arriba, como iniciativa gubernamental, pero debido a que la elite política, económica y terrateniente del campo evito y puso trabas para que la redistribución de la tierra y la reforma agraria fuera un hecho desemboco en una radicalización que tomo elementos de izquierda socialista para encaminar sus demandas las cuales no fueron unánimes sino que eran divergentes y esto género un divisionismo interno que debilitó la lucha por la tierra. Por otro lado la intención del gobierno de cooptar el movimiento y quitarle la financiación tuvo resultados y la ANUC vió debilitada su injerencia en algunas zonas del territorio nacional.


En las secciones siguientes de la pagina Web, buscaremos sintetizar las diferentes concepciones alrededor de la reforma agraria, las controversias, alianzas y diferencias que presentan los actores y así poder esclarecer que factores han influido para que la reforma agraria en un principio de carácter reformista terminase en una reforma capitalista apática a los intereses de la gran masa campesina que implicó la radicalización del movimiento.

Finalmente es de destacar que desde 1971 la ANUC entra en un proceso de ruptura por un lado porque los campesinos pobres consideran que se debe lograr una distribución de las tierras de manera gratuita, mientras que los sectores medios y ricos abogan por crédito, mercado y asistencia técnica. Frente a estos problemas se añade que la ANUC no ve con buenos ojos a los movimientos políticos de izquierda como el PCC, PCML, Ligas ML, Tendencia MLM, MOIR, etc., los  cuales eran vistos como partidos y movimientos oportunistas encaminados a cooptar el movimiento campesino. También al interior del movimiento se evidencia un gran sectarismo y divergencias por el rumbo del movimiento, si este debía convertirse en movimiento político, relacionarse con demás sectores oprimidos, si debían aceptar ayuda económica extranjera o si debía tener relaciones con intelectuales como los de La Rosca liderados por Orlando Fals Borda, los cuales fueron calificados incluso como “instrumentos de la CIA”. También se notan controversias al interior de la ANUC en cuanto a sus consignas como “Tierra para quien la trabaja” o “Tierra sin Patronos” las cuales eran concepciones diferentes en cuanto al papel del campesinado y las tierras que trabajaba.

Siguiendo con esta línea el nuevo presidente Alfonso López Michelsen continúa con el plan agrario anterior y ateniéndose a los acuerdos de Chicoral añadiéndole planes como el “Para cerrar la brecha” el cual no beneficio a las grandes masas campesinas o el Desarrollo Rural Integrado que concedía asistencia técnica y créditos pero no una redistribución de tierras.

Autor: Buenavista Social Club
Canción: El Carretero

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